Nací un día frío de enero, casi en la madrugada
El descubrimiento musical de este grupo me ha cautivado
¡María de Barros está descalza!
Strawberryfields forever
Si esperé un año, esto no es nada
Feed her
Y no fue necesario ir hasta italia, en Mendoza lo encontré
Por ahí dicen que los acuarios somos bastante inquietos
¿A qué te sabe un expresso cuando no estoy?
Por eso no puedo soportar dormir mas de un día
Aunque aquella noche de la noticia el sueño se fue
¿Aún son tibias tus manos?
Yes, i know...i am afraid too.
Con qué tersa dulzura me levanta del lecho en que soñaba profundas plantaciones perfumadas,
me pasea los dedos por la piel y me dibuja en el espacio, en vilo, hasta que el beso se posa curvo y recurrente
para que a fuego lento empiece la danza cadenciosa de la hoguera tejiédose en ráfagas, en hélices, ir y venir de un huracán de humo-
(¿Por qué, después,lo que queda de mí es sólo un anegarse entre las cenizas sin un adiós, sin nada más que el gesto de liberar las manos?
Julio Cortazar
Hace mucho, un hombre me preguntó de manera discreta (para saber si se podía acercar a mi) si me encontraba enamorada o en desamor, ambas le contesté. Era increíble que el amor me llegara en diversas formas y al mismo tiempo me despidiera de muchas otras, vivirlo a diario. Pero qué era eso de Amor, desgastarse afortunadamente o desafortunadamente ante las explosiones sangrientas del cuerpo, contener el calor y soltarlo poco a poco, caricia a caricia, o estar en un jardín mágico, rodeada de palabras falsas para conseguir besos rápidos o dar besos rápidos llenos de falsas esperanzas, ¿eso es amor? tantas versiones, tantas formas y al final seguimos siendo humanos, esos que no comprenden ese tipo de cosas y que se complican al tener sensaciones e intentar contenerlas, que gustan de explicaciones lógicas ante algo que no tiene medida ni forma. Por eso como diría la canción Me cago en el amor y me cago bien, porque me estorba el desgaste y la mirada cansada, me desgata la pretención que hay entre dos para obtener el poder y la soberbia que crece cuando la respuesta no es la esperada. Por eso yo pretendo escuchar el canto de las ballenas y evocar los sueños de conmemoraciones fantasmales, caminar rosando las nubes, tocando la hierba, disfrutando de la música sin pretención alguna más que la de ser. Ante esto el hombre que hizo la pregunta, me dió una palmada en la espalda como si fueramos amigos de antaño, dió la vuelta y se fué y yo pude seguir mi camino de hierba buena.
Productos sofisticados de una civilización sedentaria vemos en la dinámica aventurera un reisgo y no una opción. Exigimos la totalidad, condenamos laincompletitud, pretendemos la perfección, pero no nos damos cuenta de que ese deseo gratuito de divinidad nos deshumaiza, nos hace vulnerables a la barbarie. ¿Qué nos queda después de creernos merecedores de todo? La caída inevitable.
Todo cambio es un salto en el vacío. Por eso cuando se teme el cambio se trata de llenar ese devorante vacío. ¿Y cómo? llenandolo de objetos (cosas), objetualizándolo (cosificándolo): yo soy yo y mis pertenencias, diría un Gasset más actualizado. Y claro, cuanto más el yo depende de sus pertenecias tanto menos se debe a sí mismo. De ahí la diferencia tan grande entre la comodidad objetualizada de las grandes urbes y el vértigo elemental de los espacios todavía incontaminados. ¿Y cómo no sentir un estremecimiento de vértigo al pasar de la civilizada racionalidad urbana a la barbarie sensual del trópico? ¿y diría yo de la montaña?*
Nunca, en ningún espacio-tiempo, había sentido la torbellínica impredecibilidad de la existencia como en el trópico-montaña*. Lo que en la ciudad es una seudo lucha por alcanzar una comodidad objetualizante (buen trabajo, buena casa, buen auto, buen amor*). En el trópico-montaña* es un enfrentamiento inapelable por la vida misma. Pero no hay paraíso que dure mil años, ni burócrata que no pretenda urbanizarlo. Así, en vez de naturalizar lo urbano, urbanizamos la naturaleza. NO MAS VIDA SIN OBJETOS, SINO MÁS OBJETOS SIN VIDA. *vivamos sin la necesidad de ellos o encontremos en ellos la mínima necesidad.
Da Jandra Leo, Entrecruzamientos III
los asterísticos son míos.
La usencia de respuestas es la respuesta misma a las preguntas.
Donde los entrecruzamientos son posibles y las encrucijadas no existen,
Con sabor a tierra entre los dientes y los pequeños granos desvaneciéndose en mi saliva, camino por un sendero de madreselva pintado de verde espacial, pocos son los caminos que nos conducen a cristales en la tierra, he escuchado a la noche prematura, motora de las sensaciones, dictadora de los impulsos, sinrazón que se muerde en la espera de la entrega, que no tiene prisa en llegar y que salta como conejo de atardecer.