Regresar al asfalto con todavía destellos de cristales boscosos y fragmentos de suelos marinos, me golpearon como fuerza centrífuga, en medio de una furiosa ciudad sedienta de hastió y podredumbre, como libélula perdida entre la pestilencia de cloacas, retorné a la realidad de muchos que no comparto y que he decidido no compartir, ¿cómo emprender la fuga? En tanto sucede, me quedo con cielos imaginados por Dalí y ventanas en el horizonte de las montañas.

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