Detrás de papeletas sin sentimiento
escribo los aromas de una piel fugitiva
que se enciende con saliva y perece en los últimos acordes de una despedida

Fue en la casa de la noche
sobre una piedra de sacrificios
donde el marinero deshechizó las cosas
y el encantamiento de las voces arrulló a las cigarras

Delante del tiempo no hay nada, ni detrás de el
fue el instante plagado de verde y arena
donde el eco se hundió como carcajada

Déjame acariciarte con miel de ámbar
déjame decirte dónde está el punto de mis besos verdaderos
Ahí donde no hay alba y los danzantes se dejan caer de espaldas
bebiendo el vuelo infinito de los fantasmas.

Seguirme la pista

Divaganciones lunáticas

Año mágico