La piel tiene memoria ¿cómo podría olvidarte?
Nací un día frío de enero, casi en la madrugada
El descubrimiento musical de este grupo me ha cautivado
¡María de Barros está descalza!
Strawberryfields forever
Si esperé un año, esto no es nada
Feed her
Y no fue necesario ir hasta italia, en Mendoza lo encontré
Por ahí dicen que los acuarios somos bastante inquietos
¿A qué te sabe un expresso cuando no estoy?
Por eso no puedo soportar dormir mas de un día
Aunque aquella noche de la noticia el sueño se fue
¿Aún son tibias tus manos?
Yes, i know...i am afraid too.


Tanto color como tantas cartas a la nada, sujetando un deseo, manteniendolo de alguna forma vivo. Hoy me levanté con un dolor extraño en la uña del dedo gordo del pie (que risa me da dedo gordo) no podía explicarlo, las uñas estaban en su lugar, ninguna herida superficial, traté de hacer memoria de algún pisotón y no encontré nada que lacerará a mi dedo. Como pude me levante y fui caminando al baño, el dolor se expandía más. Tenía que salir de casa, sino me hubiera quedado. Durante el camino fui viendo como me crecía del dedo una extraña garra llena de pelos, cuando llegué al trabajo ocultándola, mi pierna se había convertido en la fina pata de una mariposa. Sabía que me convertiría pero no tan pronto, la espalda me dolía y mi piel se desprendía en colores, perdí noción de las letras y la gente que me hablaba parecía balbucear algo, se aterrorizaron al ver mi cara pálida y pequeñas antenas que me brotaban de la frente, mis brazos se adelgazaron y sentí la necesidad de salir y llegar a una zona verde, maldije a la ciudad en todas sus formas, ningún parque cercano, los árboles muertos, una cuantas hojas verdes de donde me sujeté con fuerza, mi lengua comenzó a crecer al tiempo que se enredaba como espiral, el dolor de uña con el que había comenzado todo se desvanecía, mi cuerpo era otro, mucho más ligero. Había llegado el cambio y con el no había completado absolutamente nada en mi cuerpo de humano, esperando el amor había gastado todo, muriendo por lo poco entendible. Ahora estaba completa mi transformación, mis ojos redondos, mis alas de colores, mi patas delgadas, moví mis alas por primera vez y a elevarme -por un segundo sentí miedo de dejar la hoja en la que me hallaba- llegaba el viento, me empujaba suavemente, ¿qué era aquello tan inmenso? los conceptos se habían perdido en la esquina, ahora no me sirven de nada. Al fin y al cabo que tengo toda una vida para descubrirlo a pesar de que solo sean veinte días.



En la radiación palpitante de la cotidianidad te encontré, como halo de luz que se fuga...

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Divaganciones lunáticas

Año mágico