Ya es hora, me lo dicta la piel,
Donde los entrecruzamientos son posibles y las encrucijadas no existen,
Con sabor a tierra entre los dientes y los pequeños granos desvaneciéndose en mi saliva, camino por un sendero de madreselva pintado de verde espacial, pocos son los caminos que nos conducen a cristales en la tierra, he escuchado a la noche prematura, motora de las sensaciones, dictadora de los impulsos, sinrazón que se muerde en la espera de la entrega, que no tiene prisa en llegar y que salta como conejo de atardecer.

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