La soledad no es tan mala como nos han hecho creer, en fin hay tantas cosas que nos han hecho creer!...
En últimos días me entiendo bien con la Chole, que la invito a pasar a mi casa, le invito un te y me deja charlar infinidad de cosas, le confieso que la tolerancia que le tenía a la gente ha huido en desbandada (ella ríe mientras sorbe su te verde) Sigo hablándole, porque generalmente a eso viene cuando tomamos el te y de vez en cuando mate, le digo que he sepultado los remordimientos que nacen cuando uno se piensa libre, perdí la línea divisoria entre lo que "dicen" que es bueno y lo malo, que he aprendido a mentir para evitarme los largos discursos innecesarios.
Aunque a veces se me ha olvidado ofrecerle un poco de azúcar, he comprendido muy bien sus visitas, que ahora pido a diario y tengo que aceptar que cuando he recibido invitaciones, prefiero quedarme con ella, sin embargo, me quedo incrédula ante mi capacidad de decir que si, aceptando desde el fondo que no será así, no me inquieta, a pesar que del lado del bullicio alguien me espera o tal vez no, creciendo la posibilidad de que la costumbre lleve a generar el patrón de mi ausencia y después el olvido, que más da, le digo sirviendo un poco más de agua caliente . En fin procuro ser cautelosa y pedirle que se quede un poco más, aun tengo muchas historias que florecen, justo cuando ella está... a veces permanece y otras se va.
Con estas visitas frecuentes, entiendo cuando la gente quiere estar sola, lo comprendo en gran medida, y entonces no presiono más por los encuentros, se lo tanto que me desagradaría estar con alguien cuando mi deseo principal es estar sola, es por eso que ya no presiono, porque a pesar de ser permanente el gusto por uno mismo, en algunos casos no es tan frecuente.
Así que cuando quieras contestar o llamar lo puedes hacer, hasta ese momento yo volveré con mi disfraz de gente, lo difícil es saber si en ese momento me encontraré con Chole en gran charla de te.

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